Freud
sostiene que tanto en las neurosis traumáticas como en las neurosis de
transferencia (neurosis histérica, neurosis fóbica y neurosis obsesiva) los
pacientes se encuentran fijados al trauma y que por este motivo se repite el
fragmento de la vida que fue penoso.
Define
al trauma como una cantidad de excitación que excede la capacidad del sujeto
para controlarla y derivarla psíquicamente y, respecto de las neurosis
traumáticas, señala que ante un suceso se produce una afluencia tal de
excitación que el aparato psíquico no puede tramitar las excitaciones según el
principio de constancia. Por este motivo, este aflujo de excitación obliga al
aparato anímico a realizar una tarea que está más allá de este principio y que
consiste en ligar la excitación de forma que sea posible la descarga. La
repetición en los sueños en que el sujeto revive la situación traumática es
atribuida a la compulsión de repetición.
Con
respecto a las neurosis de transferencia Freud le va a dar dos tiempos a la
acción del trauma: un primer momento es en la sexualidad infantil y el segundo
momento es posterior a la pubertad. En una primera escena, llamada de
seducción, el niño sufre una tentativa sexual por parte de un adulto sin que
esta escena sea penosa cuando transcurre. La primera escena se tornará penosa
con posterioridad a la pubertad y a partir de una segunda escena que la evocará
por algún rasgo asociativo confiriéndole un valor traumático. Lo traumático no
es la escena misma sino su recuerdo, y es por este motivo que Freud va a decir
que las histéricas sufren de reminiscencias.
También
con respecto a las neurosis de transferencia, en una primera época Freud
consideraba al trauma como un hecho acontecido, suponía que sus pacientes
habían experimentado determinadas situaciones que provocaban el trauma. Estas
situaciones eran de carácter sexual y el trauma era el de seducción, pero con
posterioridad a esto le escribe una carta a Fliess en donde le dice “mis
neuróticas me mienten”.
Freud
se encuentra con que lo traumático no tiene que ser un hecho que haya ocurrido
necesariamente, sino que lo traumático puede ser una fantasía, y es entonces
cuando le otorga veracidad a la mentira: estas mentiras tenían realidad psíquica,
no importaba si el hecho hubiera o no acontecido, lo que importaba era el valor
de verdad de estas fantasías y el efecto que tenían en sus pacientes. Un hecho
o una fantasía cobra brillo a partir de lo actual, es decir que algo pasó,
pensó o imaginó durante la infancia y cuando en la actualidad de la vida adulta
acontece algo que se liga asociativamente con la escena anterior, la primera se
torna traumática. Lo que hace el factor desencadenante es encadenar algo que
había quedado, y no se trata necesariamente de un acontecimiento real.
El
concepto de realidad psíquica refiere a una realidad regida por el deseo, y a
partir de que Freud se encuentra con estas “verdades falsas” también se
encuentra con que hay determinadas fantasías que se repiten y a las que llama
fantasías primitivas, originarias, primordiales o protofantasías, entre las
cuales se encuentra la fantasía de seducción por un adulto que responde al
enigma del origen de la sexualidad.
Si
bien la realidad psíquica refiere a lo que es una verdad de ese sujeto, resulta
obvio que fantasía y realidad no pueden homologarse fuera de un contexto
terapéutico, y menos aún en un contexto judicial en el que un otro termina
involucrado ya no en una escenificación de deseo sino en una acción delictiva.
De
acuerdo a la Ley 25.852 que introdujo en el Código Procesal Penal de la Nación
con el art. 250 bis el procedimiento de Cámara Gesell, los menores de hasta 16
años deben prestar su declaración una única vez, la cual debe ser grabada en audio
y video, con la finalidad de evitar la posibilidad de que se produzca una
revictimización originada en múltiples declaraciones e interrogatorios. La
entrevista debe ser realizada exclusivamente por profesionales de la
psicología, específicamente por los peritos psicólogos oficiales que integran
el Cuerpo Médico Forense en el ámbito de la justicia nacional o las Asesorías
Periciales Departamentales y Cuerpos Técnicos Auxiliares en el caso de la
jurisdicción provincial. Tanto la defensa como la querella o particulares
damnificados pueden designar peritos de parte, quienes siempre se encontrarán
en el recinto contiguo al consultorio donde se realiza la entrevista al niño, y
por lo tanto podrán seguir el desarrollo del relato que la supuesta víctima
realice.
En
lo que refiere específicamente a las entrevistas destinadas a la investigación
de abuso sexual de menores, es de primordial importancia que la misma sea realizada
conforme a un protocolo desarrollado con esta finalidad como el del NICHD, el
cual constituye un instrumento capaz de reducir a un mínimo la posibilidad de
inducciones y sesgos en los contenidos obtenidos, los cuales también deberán
ser analizados de acuerdo a la Psicología del Testimonio.
En
la tarea pericial de analizar la credibilidad de las declaraciones obtenidas en
cámara gesell resulta de importancia fundamental aplicar, por un lado, los
criterios de técnicas como el SVA-CBCA, pero sin que esto signifique dejar de
tener en cuenta aquellos recursos con los que también se puede llegar a un
mejor discernimiento respecto de una verdad real.
Esta
tarea tiene que ver con poder escuchar diferencias y con tener presente que en
una neurosis traumática es el mismo trauma el que posee la parte determinante
en el contenido de los síntomas. Así como Freud le da dos tiempos a la acción
de un trauma, también señala que existe una relación de complementariedad entre
esos dos momentos y que, en el caso de las neurosis infantiles, no hay un
diferimiento temporal y la enfermedad se contrae como consecuencia directa de
la vivencia traumática.
Estas
diferencias remiten a las que también surgen en la clínica de lo traumático: cuando
en las neurosis de transferencia se produce una emergencia de un sueño de
angustia el sujeto asocia en análisis y por lo tanto se lo puede trabajar como
cualquier otro sueño. La presencia de angustia insta al trabajo en análisis y
puede verse que muchas veces el paciente está esperando el momento de la sesión
para contarlo y elaborar esto que se presenta en su sueño. En el caso de los
sueños propios de las neurosis traumáticas no hay asociaciones, siempre aparece
lo mismo: el sujeto lo refiere directamente a la vivencia traumática que ha
atravesado.
Bibliografía
de Referencia:
Freud,
Sigmund, Obras Completas
Laplanche
y Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis
UAJFK
– Psicopatología I, Psicología Profunda I, Psicología Clínica.
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