25/6/13

Ángeles Rawson: Sobre El Posible Homicida - Parte I

De la misma forma que en la nota anterior resulta importante destacar que todo lo expuesto en el contenido de esta publicación se encuentra basado en la información y en los trascendidos periodísticos de los últimos días y que, por lo tanto, todo nuevo dato proveniente de las actuaciones o de los medios puede determinar una modificación sustancial del análisis del caso.
Así es que se llegó a conocer el resultado de las pruebas de ADN, las cuales indicaron la presencia de material genético del encargado del edificio en una de las uñas de la mano derecha de la víctima. Se mencionó también la existencia de lesiones paragenitales, indicadores de asfixia y estrangulamiento, tanto en forma manual como por medio de un lazo.
Algunas de las lesiones que se evidencian en el presunto agresor fueron descriptas por los médicos como heridas defensivas por parte de la víctima y otras de ellas fueron consideradas como autoinflingidas.
Aquellos lectores que no hayan seguido la información sobre el caso podrán encontrar lo más relevante sobre estos hallazgos en el link.
Si bien se desconoce todavía el móvil del homicidio, tal como se indicó en la publicación anterior, la motivación sexual y un intento de abuso o violación es una de las posibilidades que se consideran en la investigación.
También como se señaló en aquella publicación, cabe reiterar que no considero como una primera hipótesis la de pensar al encargado del edificio como un violador serial al acecho y preparado para cazar a la víctima de 16 años en el hall del edificio, para luego llevarla a un sótano u otro lugar que pudiera proporcionarle la privacidad necesaria para cometer un salvaje intento de violación, golpearla, asfixiarla, estrangularla de diferentes maneras, para luego deshacerse del cuerpo en un container de residuos.
Ello equivaldría a considerar un sujeto con una perversión en la que los aspectos sádicos se encontrarían en primer plano, ya que la maniobra implementada para asfixiarla y los diferentes y sucesivos medios utilizados para estrangular a la joven no habrían logrado, en ningún caso, llegar a la finalidad de producir su muerte sino que se habría limitado a producir su sufrimiento.
En tal caso estaríamos hablando de un violador sádico que habría buscado el cumplimiento de un ritual para procurarse una oscura satisfacción por medio del sometimiento y el padecimiento producido en otro, ya que las lesiones descriptas exceden las que pueden considerarse como un medio de intimidación que busca lograr el control de la víctima y eliminar su resistencia.
Pero en este ritual nada hubiera sido accidental, probablemente ni siquiera el lugar, ni el día o la hora del hecho hubiera sido casual. Los detalles habrían sido previstos, las cuerdas, los nudos, las palabras y, posiblemente, hasta la ropa. Todo hubiera sido parte de una fantasía inicial o, tal vez, de un perfeccionamiento progresivo en busca de un máximo de satisfacción.
Nada es imposible, pero no creo que sea lo más probable que el autor del hecho presente tales características.
Conforme contemos con nueva información sobre el caso será posible, tal vez, considerar otras posibilidades respecto de la personalidad del agresor, posibilidades que van más allá de la rápida y simple conclusión de que se trata de un psicópata capaz de accionar con la frialdad necesaria para cometer un crimen atroz, deshacerse del cuerpo como un deshecho y tratar de encubrir las lesiones recibidas como consecuencia de la defensa de su víctima.

Muchas preguntas aún no tienen respuesta, y los detalles que faltan pueden ser determinantes a la hora de establecer un perfil de personalidad del homicida. Seguiremos esperando.

Esta obra cuyo autor es Lic. Germán G.De Stéfano está bajo una licencia deReconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de CreativeCommons.
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