En
algunas ocasiones, los fenómenos de Mobbing producen en las víctimas del acoso
una sintomatología compatible con un cuadro clínico de Trastorno Por Estrés
Postraumático, pero en muchos casos el diagnóstico formulado en los dictámenes
periciales termina siendo el de un Trastorno Adaptativo. Un obstáculo
interpuesto por la clasificación DSM IV en el primero de los criterios
diagnósticos para este trastorno parece ser insalvable, y la consecuencia inmediata
es un dictamen que no refleja la realidad psíquica de la víctima ni el
verdadero grado de incapacidad existente.
El
Criterio A del Manual De Diagnóstico y Estadística DSM IV-TR y sus versiones
anteriores determinan que la persona debe haber estado expuesta a un
acontecimiento traumático en el que se han cumplido dos condiciones:
1-
ha experimentado, presenciado, o le han explicado uno o más acontecimientos
caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los
demás.
2-
ha respondido con un temor, una desesperanza, o un horror intensos.
De
esta manera, la primera de las condiciones determina que el trastorno sigue a
la exposición a un acontecimiento estresante y extremadamente traumático, y
donde el individuo se ve envuelto en hechos que representan un peligro real
para su vida o cualquier otra amenaza para su integridad física; el individuo
es testigo de un acontecimiento donde se producen muertes, heridos, o existe
una amenaza para la vida de otras personas; o bien el individuo conoce a través
de un familiar o cualquier otra persona cercana acontecimientos que implican
muertes inesperadas o violentas, daño serio o peligro de muerte o heridas
graves.
Aún
cuando en una evaluación todo haga pensar en que la víctima padece este trastorno,
la dificultad planteada por este primer criterio determinarán cuestionamientos
al diagnóstico enunciado en el dictamen o harán más probable que el perito
termine diagnosticando un trastorno de menor entidad.
Es
sabido que no alcanza con sostener la existencia de una relación de causalidad
entre un hecho y un daño psíquico sino que también hay que probarlo. Es con esa
finalidad que se ofrece una prueba pericial, la cual debe proporcionar toda la
información que sea relevante acerca del examinado, y esta realidad tiene un
valor de verdad independientemente de los tecnicismos.
Desde
el psicoanálisis sabemos que ninguna teoría o clasificación es absoluta y, si
bien esto a veces parece ser un obstáculo infranqueable, también deja de serlo
en tanto el profesional puede considerarlo solo como uno de los recursos
disponibles.
Otra
clasificación del mismo rango que el DSM IV es la CIE-10 de la O.M.S. y presenta
algunas diferencias entre las que el aspecto más distintivo es la
caracterización del acontecimiento traumático por medio de la descripción
siguiente:
“acontecimiento
estresante o una situación breve o duradera de naturaleza excepcionalmente
amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismos malestar permanente en
prácticamente cualquier individuo”
Si
bien es casi idéntica a la incluida en las clasificaciones DSM, la
consideración de situaciones duraderas que causarían por sí mismas un malestar
permanente en cualquier persona, marca una diferencia capaz de hacer más
flexibles algunos límites establecidos por el mencionado Criterio A del DSM IV.
Como
siempre, el análisis de cada caso particular proporcionará las respuestas
acerca del diagnóstico adecuado y la forma de que los fundamentos tengan la
consistencia necesaria para resistir cualquier cuestionamiento.
Puede
entonces diagnosticarse un TEPT sin que se verifique la existencia de un
acontecimiento traumático que tenga las características enunciadas en ambas
clasificaciones?
El
acoso moral en el trabajo es una vivencia amenazadora para la integridad de la
víctima, porque el grupo acosador ataca repetitivamente los conceptos
simbólicos vitales y porque los testigos mudos le niegan el apoyo social. La
víctima vive en un estado de vulnerabilidad permanente de indefensión,
desesperanza, miedo y angustia vital, con la particularidad de que este estado
de vulnerabilidad ha sido creado en la víctima dentro del mismo entorno
laboral.
Cómo
sostener el diagnóstico y los valores de incapacidad no tiene una única
respuesta. Parte importante de la estrategia del perito al fundar las
conclusiones del dictamen será la elección de una clasificación gnosográfica y
de las técnicas de psicodiagnóstico más adecuadas para ese caso particular.
Esta obra cuyo autor es Lic. Germán G.De Stéfano está bajo una licencia deReconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de CreativeCommons.
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